Los sucesos "a grosso modo", de una manera u otra, más tarde ó temprano en el transcurso de la historia y en parecidas circunstancias acabarían siempre por acontecer tal y como se han venido desarrollando. Una continuidad en la trayectoria del desarrollo de una civilización bajo las circunstancias en las que la nuestra ha prosperado lleva implícita pautas pre-delimitadas hacia las que convergen sus parámetros de crecimiento. El personaje u personajes que lo lideren resultarían sinceramente irrelevantes, pues si no fuere uno, lo hubiere sido otro el que lo llevare a cabo. De ello trasciende, que como se da por hecho que va a suceder nadie se tomaría la molestia y el gran esfuerzo que implica llevar a cabo dicha tarea si no fuere por un interés concreto y al hombre, que sin duda actúa siempre por interés en busca de la perpetuidad "gloria", para la obtención de un rédito económico, ó una posición de seguridad que le aporte confianza, etc, no le faltarían argumentos para liderar dicha contienda. A modo de ejemplo a ésta pauta de progreso sería ilustrativo el planteamiento que supone, de no haber perecido el imperio romano en el momento en que lo hizo, el desarrollo tecnológico que hemos alcanzado hoy día lo hubiéramos adquirido muchos años antes y si no hubiera sido la civilización occidental quien lo hubiere liderado, lo hubiese sido sin duda la oriental. Una sucesión de acontecimientos bajo ciertas circunstancias desembocan en germen de nuevos sucesos, consecuencia directa, pareja y estrechamente ligada al rumbo que tomarán futuros episodios.

"Promontorios en alta mar emergen resultado a una serie de sucesos geológicos que lo determinan, no son hechos casuales. Distintas civilizaciones tuvieron su origen paralelamente como resultado a un proceso de gestación en el que las circunstancias, ambientales y evolutivas propiciaron que esto así sucediese. Promontorios de cultura con un crecimiento sin pausa que no brotaron de la nada."