La ciencia ha revelado mundos inéditos, inmersos y ocultos, delicados ecosistemas de una enorme belleza impensables, quizás inimaginables para el hombre hasta hace apenas pocos años, gracias en parte al mero hecho de quedar fuera del alcance de su cotidianeidad y su natural morfología. Esto les ha permitido permanecer en una incólume pureza durante miles de años. Se han requerido grandes períodos de tiempo para su desarrollo y evolución, son hábitats de muy lento desarrollo, excesivo si se tiene encuentra la velocidad con la que el ser humano trágicamente agrede y acomoda su entorno, lo que induce con extrema rapidez a que estos ambientes sucumban en la flaqueza y les sea imposible eludir la devastación. La infinita curiosidad humana, tan buen aliado de su aprendizaje, no siempre resulta compatible con la frágil supervivencia de ciertos medios que precisan de mucha cautela, trato exquisito y poca explotación.

"El coral, maravilloso animal de aspecto floral a caballo entre lo lúgubre y lo fantasmagórico, esbelto y magnífico, regio y delicado al cambio de temperatura, cubre la fina y superficial arena de agua marina con un agradable manto de pelusa, facilitando cobijo a una infinidad de maravillosas especies."