Ingente esfuerzo supone toda una vida de práctica en el ejercicio del aprendizaje, incansable tesón en el empeño por dotar de una óptima preparación para alimentar la mente con la recta sabiduría, la cordura y la complacencia cuando se indaga en la lucha por eludir lo erróneo, para que ello, todo por completo quede saldado bajo el precio de la desidia y el destierro. El exilio al que nuestras ideas y pensamientos, la mente una vez cultivada en general, es obligada al no otorgársele opción de escaparate alguno de voz a través del cual poder hacer partícipe su necesidad y vocación expresiva y de reivindicación de sus inquietudes, no son más que el mero abandono a cualesquiera de las suertes que el peor y malvado de los intelectos haya podido ser sometido. Todo aquel que está en tiempo y asume valor para enfrentarse al destierro, huye en una incesante búsqueda de circunscripciones y espacios en los que pueda su talento ser bien aprovechado y desarrollado.

"Si algo resulta cruel e injusto en ésta vida es el mero hecho de entender y conocer acerca de la existencia de un camino de salida, sabiendo de antemano que jamás se dispondrá de opción para poder tomarlo."