Oscar Alzate

Oscar Alzate nació en Palmira, Valle comenzando a sus 14 años clases de pintura con el maestro James Bolaños, a escondidas de su padre; al terminar la escuela secundaria, inicia estudios de pintura en tres escuelas de bellas artes incluyendo la Universidad Nacional de Colombia, antes de interesarse por el cine y finalmente por el camino de la fotografía de corte antropológico. Esta forma de expresión estimuló en él una mirada atenta al juego entre luz y color, además de llevarlo a recorrer durante dos años las zonas rurales de Colombia en busca de temáticas para retratar.

En el año 1977 se define por la pintura y es la serie "muñecas en tela de juicio" quien lo hizo merecedor de su primera exposición individual en el Banco de la República, Biblioteca Luis Ángel Arango en 1979; Sin embargo desafiando toda norma social Alzate abandona su creciente fama para refugiarse en un estudio que alquila en París.

A su regreso a Colombia emprende un nuevo viaje a Perú, para estudiar Restauración de Bien Inmueble, allí se instala un año, dejando además un amplio registro fotográfico que inspirará más de una década de una nueva etapa de nostálgicos patios y techos donde retrata en ellos la melancolía de su hogar natal.

Al instalarse de nuevo en Bogotá, Alzate configuró su obra alrededor de objetos cotidianos y su relación con quienes los poseen. Hacia los años noventa se inspira de las puertas encontradas en las ruinas de los barrios desalojados en nombre del progreso, para pintar sobre ellas escenas de la cotidianidad de la que fueron parte, como mujeres y escenas interiores.

A partir del nuevo siglo muchos temas captan la atención del maestro Alzate, como los peces, escenas interiores, pero finalmente se inclina por el estudio de dos elementos: el aire y el agua, para tal fin se vale de algunas plantas que le sirven como objeto de expresión plástica. La mazorca de agua, la Victoria Amazónica y el mangle, especies típicas de los ecosistemas que representan gran parte de la riqueza natural de Colombia donde el artista se embarca en un estudio de más de 15 años en el cual elabora pinturas de gran formato donde prima el interés por capturar el voluble efecto de la luz sobre el color. De allí queda su último respiro, la colección "Aire y Agua, un proyecto que comenzaron en el 2015 con su hija y su yerno.