Nuevas luces orientan el estudio teórico de la física cuántica que indaga el universo. Desde que George Gamow planteó que el universo se originó a partir de una gran explosión (big bang) y que Peter Higgs apuntara a la formación de un campo cuántico resultado origen del mismo que permearía todo el universo, en el cual las partículas elementales sin masa alguna y con capacidad para moverse a la velocidad de la luz, en una eventual colisión con los bosones pudieran, una vez frenada su velocidad y en su iteración, cargarse de masa transferida a partir de su energía, hemos logrado poner suelo al cielo. Acabamos de conocer que los bosones no son pura especulación y a pesar de que aún persiste mucho de teórico, comenzamos a dar una explicación al origen de lo que somos y de todo lo que en realidad existe. Estas partículas elementales con la capacidad de formarse en agrupaciones de átomos han creado nuestro microclima y el resto del universo, pero se intuye en todo ello que el origen tiene algo más de mero hecho aleatorio que previsto y toda esta maravilla, ser tan sólo el resultado de un espectacular e impresionante desarrollo evolutivo. Seguramente con un progresivo avance logremos que todos los detalles de lo ahora aún teórico se convierta en criterio sólido ó por contra conduzca a reflexiones más convincentes que desmoronen lo ahora planteado. Lo cierto es que peldaño a peldaño acabamos ubicando el cielo cada vez más cerca del suelo.

"Imaginaria formación de un cuerpo sólido a partir de la interacción de partículas dentro de un campo de Higgs. Agrupaciones de átomos que van cimentando el compuesto."