Corpúsculos. Todo nace y se origina a partir de microscópicos elementos que se unen para formar agrupaciones especializadas de mayor tamaño. Éste principio es el que rige la formación de nuestro medio y su entorno. Nuestros sentidos, por suerte, no están desarrollados con la calidad suficiente para poder distinguir su presencia pues de ser así su actividad nos resultaría terriblemente molesta. Tan sólo el hecho de que durante todas y cada una de nuestras horas de lucidez del día se pasearan por delante de nuestros ojos las millones de partículas de polvo que están suspendidas en el aire y que fuéramos capaces de discernirlas, desfiguraría la belleza de nuestros atardeceres, que quedarían cubiertos de neblina. Si nuestros oídos pudiesen captar todas aquellas ondas de infrasonido que nos cruzan constantemente, perderíamos todo el encanto de esos momentos de disfrute y serenidad que el silencio aporta a la vez que con toda seguridad dificultaría la composición de ciertos sonidos melódicos. Si nuestras papilas gustativas u olfativas tuvieran la capacidad de percibir infinita gama de olores y sabores, perderíamos la actual noción de sabor salado, agrio ó dulce entre otros, pues quedarían totalmente diluidas las líneas que delimitan sus sustanciales diferencias.

"Imagen amplificada de una visión corpuscular de flores y hojas gravitando en el estanque”