¿Hasta qué punto la combinada imagen recreada por nuestro cerebro del entorno más cercano e incluso de la total amplitud de nuestra orbe se encuentra distorsionada ó alterada por los estímulos y sensaciones vividas por la experiencia de todos aquellos que nos rodean u han precedido?. Seguramente si tuviéramos la capacidad de obtener por sí solos de primera mano toda la información necesaria para reconstruir el enorme puzle que conforma nuestro hábitat, no dudo que distaría sensiblemente del concepto general del cual ahora disponemos. Pero ésta pregunta tan sólo legitima el hecho de entender que sería prácticamente imposible que nuestra percepción individual por sí sola fuera capaz de establecer una concepción tan siquiera parecida a la que detentamos actualmente si no fuera por el intercambio de apreciaciones, es decir por la experiencia que ajenos aportan y aportaron con anterioridad para lograr ubicarnos y con ello reconocer el contexto global bajo el cual nos desenvolvemos. A pesar de las grandes longitudes que hoy en día somos capaces de recorrer con todo tipo de vehículos, sería inviable tener una noción de conjunto de aquello que la distancia resuelve como inaccesible. Entre todos formamos, informamos y conformamos sin demarcaciones la visión de un conjunto global, con más que parecidas inquietudes, tan sólo las motivaciones políticas establecen segmentaciones.

"El mismo aire que respiran nuestros pulmones es el que con anterioridad han insuflado los pulmones de nuestros congéneres y toda corriente que ellos inhalen, será la que previamente otros resollamos."