Abanderado del sufrimiento humano, del padecimiento agradable y desagradable, singular desahogo de tensiones y testimonio recorrido por las emociones de una vida, todo queda contenido en el interior de una lágrima. Máxima expresión de la felicidad y extrema manifestación del dolor, cada gota que nuestro cuerpo exhala clama por narrar parte de un suceso, pieza de los relatos que forman el todo de una biografía. Una gota personaliza e identifica la historia de un individuo. Si concediéramos parte de nuestro tiempo a compilar y almacenar todas las exudaciones oculares derramadas a lo largo del periplo de la vida en un recipiente, lograríamos completar el minucioso esquema de la pasión humana y resolveríamos en conmiseración su pesar. La lágrima retine en memoria todo el sentimiento acumulado del paso de los años, cuando se derrama en juventud se presta neta, más sentida y menos contenida, en la madurez fuerza de ser más comedida pero en su máxima de exclamar atormentada.

"Gotas saladas traslúcidas y transparentes, cargadas de resignación, odio, dolor, templanza, júbilo, amor y pasión. Nunca antes logramos entender en mejor manera éste fluido sino como un excelente trasmisor de sentimientos y sensaciones, todos ellos tan diversos como contradictorios."