El increíble y maravilloso proceso que desencadena el ciclo reproductivo dentro de los seres vivos y que en consecuencia finaliza con el origen de una nueva vida, es algo que se antoja de una naturalidad y cotidianeidad tal, que en una gran mayoría de ocasiones impide reparar en lo milagroso y complejo de su desarrollo. Es álgo tan exclusivo de una parte de la naturaleza, que pensé por un momento en romper esas diferencias evolutivas existentes entre los diferentes reinos, para plasmar algo tan surrealista como resulta presumiblemente el otorgarles la posibilidad a todos aquellos elementos que participan de una propiedad completamente inerte, la fantástica y peculiar capacidad del logro de reproducirse, como hasta ahora ha venido sucediendo en el reino vegetal entre las flores mediante el proceso de polinización por esporas.

"Momento en el cual un jarrón de cristal de bohemia se agita en torno a sí mismo para facilitar la expulsión de las exporas de cristal, favoreciendo la expansión del material genético que garantizará su perpetuidad".