El proceso metabólico del universo es lento, pero cierto es que el material que ha de digerir es de difícil asimilación. El hombre con su tecnología y una tardía sensibilidad hacia el cuidado de su entorno, no ha dejado de depositar elementos y residuos tecnológicos, basura espacial ó escombros "debris" en la atmósfera, que han saturado poco a poco el espacio exterior próximo y que sin duda al no ser elementos biodegradables se perpetúan en el espacio colisionando unos con otros, generando a su vez nuevos objetos más pequeños que multiplican el riesgo de colisión. Muchos de ellos, por su diminuto tamaño, al perder altura se fundirán en la atmósfera antes de que acaben por sucumbir sobre nuestras cabezas, pero los de mayor masa puede que lleguen a producir cierta alarma y quizás algún problema. Surgen serias dudas acerca de si en el lanzamiento de futuras misiones espaciales no existirá la posibilidad de impacto con alguno de éstos residuos. Ya se ha comenzado a planificar un servicio de recogida de éste material de desecho que por no haber sido calculado con anticipación supondrá un alto coste económico.

"Catálogo de restos, estructuras y morralla espacial resultante de misiones y satélites abandonados."