Se ha de entender que la inquietud, la búsqueda de riqueza y el afán de gloria indujeron al los antiguos conquistadores y posteriores colonizadores a la exploración de nuevos territorios. Tarde o temprano estas culturas tribales o civilizaciones emergentes hubieran padecido el encuentro de invasores. La historia humana está repleta de casos y momentos de invasión, no fueron las culturas lejanas las que únicamente sufrieron éste padecimiento, al igual que en esas mismas tierras ellos batallaron por mantener, dominar ó ampliar sus territorios. No existe conquista benigna ni colonización sin la aniquilación de gran parte o total de las antiguas tradiciones, pues sin pretender lo contrario, el invadido acabará tomando los hábitos ventajosos de la nueva cultura de colonizadores. Toda invasión es una expugnación con excusa de civilización.

“Goletas, carabelas y veleros merodean surcando mares ignotos hacia territorios inexplorados, quizás en busca del dorado. En primer término territorios insulares con talla a modo de dios aborigen".