Tremendamente desalentador resulta comprobar, no sin razón, como una gran parte de la renovación generacional en la mayoría de los casos sobradamente preparada, no se toma molestia alguna en proyectarse planteamientos de futuro, ni abrazan ambiciones más allá de lo que el día a día les otorga. Existe una gran carencia de interés, a la vez que indiferencia, dejadez ó tal vez desidia, quizás abandono al ver que el horizonte no se presenta gratamente halagüeño. Reina la apatía entre aquellos que han de labrarse un futuro, hartos de redactar currículum que acaban en saco roto y son cada vez más los inquietos que no encuentran mayor solución que la de hacer maletas y emprender rumbo hacia un exilio manifiestamente no reconocido. Se pierde con dicho panorama el vigor, tal vez falta de energía para iniciar proyectos de futuro en un entorno familiar próximo. Produce cierto vértigo reflexionar acerca de cuál será la resultante de dicha olla a presión. Es obvio que al individuo se le trata como a un elemento productivo más y las cargas emocionales añadidas al trabajo suponen acentuadamente un lastre, lo que favorece el desapego, frivoliza las relaciones personales y merma los vínculos sentimentales entre individuos.

"Me resulta imprescindible de vez en cuando y cada vez más a menudo romper con los formalismos, me es beneficioso psíquicamente y en nada contraviene mis principios.
Nudos, cabos enrevesados e intrincados atoramientos, madejas y marañas de perfiles vítreos, quizás restos de puntiagudos metales blandos, forman en ésta obra un colapso que impide el escape ó fuga por las escasas ranuras que quedan, de objeto alguno que no sea el fluir de restos licuados que me sugieren, trasladado a un símil cotidiano, la fuga de aquellos que a duras penas logran descolgarse de esa agonía al obtener la oferta de un proyecto de futuro."