Nacemos establecidos en la condición y clase social que heredamos del entorno de nuestros progenitores. La enorme mayoría formaremos parte de esa clase de lacayos que arañará en todo momento el modo y manera de lograr la subsistencia, con una única herramienta útil la educación, que es quien nos ha de posibilitar el logro de alcanzar el escalafón apropiado que nos libere del status de la dependencia. El mayor inconveniente se resuelve en que toda preparación requiere de una oportunidad para demostrar la valía y aptitudes, pero con las apenas míseras migajas que aporta el mercado de trabajo y aún a condición siempre bien conocida de que las mejores posiciones se despachan tomadas por las hordas de predilectos que los influyentes han ubicado para asegurar atados lazos que les mantengan en acomodo, dar salida a nuestras capacidades resulta algo menos que imposible.

"El valor de las cosas, personas y personajes incluidos, cotiza en una escala de valores que fluctúa directamente proporcional al interés que suscita en el mercado, casi siempre resultado de necesidades impuestas no correctamente evaluadas."